7 trabajos bien pagados que nadie quiere

Pese a las tasas de paro existentes, en el mercado laboral actual se da la extraña circunstancia de que hay trabajos bien pagados que nadie quiere. Los motivos pueden ser muy diversos. La necesidad de años previos de exigente formación hasta alcanzar ese trabajo ideal, sencillo y con buen sueldo, las duras condiciones en las que se desarrolla o simplemente el desagrado personal por alguno de los aspectos que implica la tarea, están detrás de esos empleos generalmente rechazados pese a su buen salario. En este artículo, analizamos los 7 trabajos bien pagados que nadie quiere, aquellos en los que resulta fácil encontrar ofertas de empleo, pero no candidatos dispuestos a aceptarlas ‘ni por todo el oro del mundo’.

Piloto, maquinista o tripulante de buque

En el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura que publica trimestralmente el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) destacan las profesiones relacionadas con el mar (no pesqueras). En concreto, algunas actividades del sector naval son las más complejas a la hora de encontrar trabajadores que las desempeñen. Piloto de buque mercante, maquinistas y mecánicos navales, mozos de cubierta, cocineros de barco… dependiendo del puesto concreto, los salarios pueden llegar a ser realmente elevados, pero hay que tener en cuenta la dureza que implica estar largas temporadas en alta mar lejos del entorno familiar, algo que hace que candidatos, con la suficiente formación y experiencia, se planteen otras alternativas laborales.

Sexador de pollos

Aunque suene extraño y pueda parecer una broma, ser sexador de pollos es una profesión que existe y además está muy bien remunerada, con sueldos mensuales que oscilan entre los 4.000 y los 5.000 euros. Parece un trabajo sencillo, ya que consiste en comprobar el sexo de los pollitos a los pocos días de nacer para separar los machos de las hembras. Hacerlo resulta imprescindible para determinar el destino de cada ave, generalmente la reproducción en el caso de las hembras y la crianza para su posterior consumo en el de los machos. Parece fácil, ¿verdad?, pero no lo es, porque en los pollitos recién nacidos cuesta bastante distinguir sus órganos sexuales.

Hay que colocarlos boca abajo y, con delicadeza extrema, observar la zona anal para detectar las glándulas genitales, testículos en los machos y ovario en las hembras. Para ser merecedor del atractivo salario hay que reunir dos condiciones: acertar en el sexo con un mínimo margen de error y hacerlo, además, en cuestión de unos pocos segundos, algo que requiere no solo buen ojo, sino años de práctica bajo la atenta mirada de otro profesional experto. A priori, el trabajo no parece muy agradable y su nivel de exigencia es mucho mayor de lo previsible, porque cada equivocación puede suponer una pérdida económica para la empresa. Años de práctica, exigencia en cuanto a resultados y horas observando el culito de los pollos… eso sí, un sueldo al alcance de pocos.

Controlador de plagas

Los técnicos de control de plagas son profesionales cualificados que se encargan de la prevención y erradicación de todo tipo de plagas con medios y técnicas específicas como son la fumigación, la desinsectación o la desratización. Es un trabajo bien pagado, sobre todo en el caso de profesionales con alta especialización y con experiencia de campo, pero pocos lo quieren.

Son muchas las tareas que puede realizar un controlador de plagas, desde la desinfección de grandes superficies, hasta la fumigación de zonas de cultivo, con carácter preventivo, o el control de colonias de aves, pero quizá la parte más dura del trabajo sea la ejecución de planes de erradicación de plagas de insectos y roedores. Cucarachas, garrapatas, termitas, avispas o ratas no son la compañía más deseable y, además, hacerles frente implica la utilización de potentes insecticidas y otros productos químicos potencialmente peligrosos para la salud. Pasar horas luchando contra plagas, en contacto con sustancias tóxicas y con los indispensables equipos de protección, hace de este un trabajo bien pagado que casi nadie quiere.

Tanatopractor

El tanopractor es el profesional que se encarga de preparar el cadáver de una persona fallecida para favorecer su mejor conservación y apariencia antes y durante el velatorio. Podría decirse que es lo que antes se denominaba embalsamador. Limpiar y desinfectar el cadáver, aplicar en él técnicas de tanatopraxia y productos específicos para su preservación, reconstruir el cuerpo si es necesario, por ejemplo, en caso de fallecimiento por accidente, vestirlo y maquillarlo (algo que también puede hacer un profesional de tanatoestética) son algunas de las funciones de este delicado trabajo.

Desempeñarlo exige una formación multidisciplinar, que abarca desde el conocimiento de anatomía humana básica, hasta terapias de psicología para tratar adecuadamente con los familiares del fallecido. También debe conocer la normativa sanitaria y de seguridad policial respecto al tratamiento de cadáveres. Esta es una profesión de alta inserción laboral en la que existe una elevada demanda de profesionales. No todo el mundo está preparado para desempeñarla pese a que se trata de un trabajo con el que se pueden alcanzar (y superar) los 1800 euros al mes.

Trabajos en altura

La peligrosidad que implican los trabajos en altura hace que no siempre sea fácil encontrar candidatos dispuestos a realizarlos. La limpieza de grandes cristaleras de edificios de oficinas, la reparación de fachadas, la impermeabilización de tejados y azoteas o la poda en altura son trabajos que exigen, además de la formación para la ejecución del trabajo, una buena forma física y, por supuesto, no sufrir vértigo. Pese a que la ejecución de estos trabajos esté ligada al cumplimiento de estrictas medidas de seguridad, son pocos los que están dispuestos a trabajar en las alturas aunque los sueldos, por ejemplo el de un limpiacristales, puedan superar fácilmente los 1.500 euros mes.

Operario de matadero

Es otro de los trabajos bien pagados que pocos quieren por el reparo que puede producir el sacrificio de animales para la obtención de alimentos. El ejercicio de esta profesión requiere buena forma física y el conocimiento de las técnicas que implica el sacrificio de vacas, cerdos, ovejas o aves para que éste se lleve a cabo evitando el sufrimiento innecesario del animal. Además, conlleva otras tareas como la preparación previa del ganado y la limpieza posterior de las instalaciones.

Está claro que no es un trabajo agradable pero la banda salarial es elevada, siempre dependiendo de la especialización y años de experiencia del operario que, en ocasiones, también puede encargarse del despiece de los animales, en cuyo caso el sueldo es aún mayor.

Trabajador en planta petrolífera

Dependiendo del puesto que se desempeñe en una planta petrolífera en mitad del océano, se puede llegar a cobrar un sueldo realmente elevado. Aún así, en general son puestos de trabajo que pocos aceptan por el aislamiento que implica y la ausencia, durante meses, del entorno familiar. Aparte de los ingenieros, los que más cobran son los encargados de la extracción del petróleo submarino, pero las largas jornadas de trabajo, las posibles condiciones climatológicas adversas y la sensación de estar alejado de todo son inconvenientes que hacen que éste sea un trabajo muy bien pagado que pocos aceptan.

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