¿Qué estudiar para ser abogado especialista en familia?

Convertirse en abogado especializado en Derecho de familia implica no sólo disponer de un conocimiento profundo de las leyes en lo que respecta a las relaciones familiares, también una comprensión de las dinámicas emocionales que afectan a las personas en situaciones familiares potencialmente conflictivas.

Esta rama del Derecho es una de las más delicadas, ya que aborda temas que tocan de manera directa la vida personal de las personas, desde el divorcio y la custodia de los hijos, hasta cuestiones de adopción, herencias y violencia doméstica.

Qué se estudia para ser abogado de familia

El primer paso en el camino para ser abogado especializado en Derecho de familia es obtener un título de grado en Derecho. Durante la carrera, los estudiantes reciben una formación integral sobre diversas ramas del Derecho, que son esenciales para cualquier abogado.

El contenido del grado en Derecho suele incluir materias como Derecho constitucional, civil, penal, mercantil y procesal. Aunque algunas de estas áreas pueden no parecer directamente relacionadas con el Derecho de familia, todas son importantes porque proporcionan un conocimiento general que, en última instancia, resulta necesario.

Para especializarse en Derecho de familia, hay que adquirir conocimientos más detallados, normalmente a través de otros cursos y posgrados. Normalmente, las materias que incluye la especialización abordan cuestiones relativas a:

  • Derecho matrimonial y de pareja. Aquí se abordan temas como el régimen económico matrimonial, los Derechos y deberes de los cónyuges, y los diferentes tipos de matrimonios y uniones de hecho reconocidas por la ley. También se estudian las normativas relativas a la separación y el divorcio, un área central del Derecho de familia.
  • Custodia y régimen de visitas. Se profundiza en las normativas que regulan la custodia de los hijos en caso de separación o divorcio de los padres, así como el régimen de visitas y Derechos y responsabilidades de los padres en situaciones de custodia compartida o exclusiva.
  • Adopciones y tutelas. Un abogado de familia también debe estar capacitado para manejar casos de adopción y tutela de menores, donde la intervención del Estado y la legislación vigente son cruciales para asegurar el bienestar del menor. Este campo incluye también la asistencia a las familias adoptantes en la obtención de la custodia legal del menor.
  • Violencia doméstica y protección de menores. Otro aspecto fundamental del Derecho de familia es la protección frente a la violencia doméstica. Los abogados especializados en esta área trabajan en la obtención de órdenes de alejamiento y otras medidas legales para proteger a las víctimas de maltrato, que pueden ser tanto adultos como menores.

Cuáles son las competencias de un abogado especializado en familia

A menudo, se recurre a un abogado de familia por estar pasando momentos difíciles, como un divorcio o un conflicto relacionado con la custodia de los hijos.

Uno de los aspectos más importantes de la relación de un abogado de familia con sus clientes es la empatía, que permite al abogado entender mejor las preocupaciones de sus clientes, lo que, al mismo tiempo, facilita la búsqueda de soluciones más humanas y justas.

También es esencial que un abogado de familia tenga habilidades de comunicación claras y efectivas. No solo debe ser capaz de explicar a sus clientes la complejidad de las leyes que aplican a su caso, también hacerlo de una manera que sea comprensible para personas que no tienen conocimientos jurídicos.

La negociación es otra habilidad fundamental. En muchos casos de Derecho familiar, la solución más adecuada no es ir a juicio, sino encontrar un acuerdo entre las partes a través de la mediación.

Los abogados de familia deben estar preparados para actuar como intermediarios y ayudar a sus clientes a llegar a acuerdos justos de manera pacífica, especialmente en casos de divorcio o custodia compartida.

También es esencial que los abogados de familia cuenten con una gran capacidad de análisis. Cada caso es único y puede implicar una variedad de factores legales, emocionales y sociales. Por eso, es importante recurrir siempre a un equipo de abogados de familia especializados en esta rama del Derecho.

Su formación les permite también llevar casos de herencias, otro de los puntos calientes desde el punto de vista legal que atañe a la familia.

Es importante en todos los casos recurrir a profesionales especializados que cuenten con años de experiencia a sus espaldas en cuestiones relacionadas con el Derecho de sucesiones y herencias como los de Garanley Abogados, uno de los principales despachos multidisciplinares de abogados de Barcelona especializado también en Derecho de familia.

En qué casos se recurre a un abogado de familia

Es recomendable contar con el asesoramiento legal y jurídico de un abogado de familia en todo cuando se trata de temas que afectan a las relaciones personales y familiares.

Uno de los casos más comunes con los divorcios. Cuando una pareja decide poner fin a su matrimonio, un abogado especializado en Derecho de familia juega un papel clave a la hora de gestionar todo el proceso legal.

Esto incluye el reparto de bienes, la determinación de pensiones alimenticias y, en caso de que haya hijos, la custodia de los mismos. En muchos casos, el abogado también será responsable de mediar entre las partes para llegar a un acuerdo sobre estas cuestiones sin necesidad de ir a juicio.

Otro caso frecuente es el de la custodia de los hijos. Cuando los padres no están de acuerdo sobre con quién deben vivir los hijos después de un divorcio o separación, el abogado de familia interviene para representar los intereses de una de las partes, siempre priorizando la defensa de los derechos de los menores.

En situaciones más sensibles, como la violencia doméstica, los abogados de familia son esenciales para proteger a las víctimas, ya que pueden ayudar a obtener órdenes de alejamiento y otras medidas de protección.

También intervienen en casos de adopciones, donde su función es asegurar que todo el proceso legal se lleve a cabo correctamente, siempre priorizando el bienestar del menor.

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