La vida del estudiante puede volverse algo complicada en diferentes situaciones. Por una cuestión de motivación, una mala racha o simplemente por enfrentarse a un temario que es complicado, la sesión de estudio se tuerce y concentrarse puede costar mucho más en según qué temporadas.
Además, también hay algunas personas a las que sencillamente les resulta más pesado o más difícil y cargan con esto desde la educación infantil. Por suerte, podemos decir que hay ciertos remedios que son eficientes.
Existen técnicas de concentración que han mostrado eficacia en contextos variados y, entre ellos, para estudiar sin perder el hilo a cada minuto que pasa. Aquí te vamos a mostrar algunas de las más interesantes, ¡seguro que encuentras la mejor para ti!
Las mejores técnicas de concentración para estudiar

Las técnicas de concentración son métodos que sirven para centrarse mejor en lo que se está haciendo y que potencian la capacidad de estudio sin distracciones. Las hay muy variadas y se pueden emplear en solitario, o bien combinando diferentes métodos. A continuación, encontrarás los sistemas más recomendados.
Haz la planificación adecuada
En realidad, este sistema no ayuda a concentrarse en sí, sino que retira uno de los principales motivos de falta de concentración y facilita enormemente la tarea. Estudiar sin planificación se puede volver algo caótico, algo a lo que no se ve fin y casi sentirse como una pérdida de tiempo. La consecuencia directa es que va a costar más mantener la concentración.
Planificar el estudio por temas, días, horas, y hacer incluso un calendario que ponga todo dispuesto hasta llegar a la meta final puede ser todo un aliciente. No solo va a motivar más, también permite monitorizar los procesos y concentrarse mejor para cumplir los hitos propuestos.
Encuentra la paz mental y la tranquilidad
Las principales técnicas para la concentración se desarrollan mediante la meditación, el control de la respiración y otros ejercicios destinados a ello. Con esto, el cuerpo se relaja y aprende a abstraerse de todo que le rodea. Es la clave para entrenarse y poder aplicarlo en el momento del estudio.
La clave de todo ello es, al fin y al cabo, encontrar la paz mental y la tranquilidad para poner el foco de atención en lo que nos toca. Si estamos inquietos, pensando en los problemas, cargando con el estrés o en permanente tensión, será imposible concentrarse de manera eficiente. Puedes conocer mucho más sobre paz mental, relajación y técnicas para conseguirlo haciendo clic en este enlace: https://menteypaz.com/
Adapta el espacio adecuadamente
¿Estás seguro de que tu problema de concentración está en ti? Si te encuentras en paz, estás motivado y has realizado una buena planificación, puedes tener grandes dudas sobre la causa de la falta de concentración. La respuesta puede ser simple: no eres tú, es el entorno que te rodea.
Si estudias en cualquier rincón de tu habitación, en la sala de estar con la televisión puesta o en la calle, estarás en medio de un mar de distracciones. Una buena técnica de concentración es adaptar un lugar especial para el estudio que esté únicamente destinado a ello, con una mesa, una buena luz y todos tus apuntes, en un entorno silencioso. No hace falta contar con cantidad de espacio para ello, puedes hacerlo simplemente en un rincón de tu dormitorio.
Emplea un sistema de recompensas
Estudiar la materia más aburrida o la que peor se te da puede ser todo un suplicio. Esto puede derivar en una falta de concentración por pura desmotivación, ya que emplear horas en esos textos tan soporíferos acaba pareciendo una pérdida de tiempo y cualquier otro estímulo será más gratificante, hasta el paso de una mosca por la habitación.
Sin embargo, esta motivación se puede recuperar y mejorar la concentración con ella. Con un sencillo sistema de recompensas pueden sentirte mucho mejor a la hora de estudiar, concentrarte más y poner de tu parte con menos esfuerzo. Por ejemplo, escuchando tus canciones favoritas o leyendo un nuevo cómic al lograr terminar la lección a modo de recompensa.
Pon objetivos que sean rápidos
Cuando estudiamos y tenemos como objetivo final conocer todo el temario o aprobar el examen, todo queda muy difuso. Es un recorrido demasiado largo como para mantener la buena concentración en él.
Lo ideal es proponerse objetivos y metas que sean rápidas y que nos generen cierta satisfacción muy a menudo. Es como el sistema de recompensas, pero desde una perspectiva más emocional. Lo ideal es que pongas un hito a conseguir por día o por semana, como aprenderte una lección concreta o dominar un aspecto del estudio que se te resiste.
Descansa cada cierto tiempo
A veces se cae en un bucle que, lejos que ayudarnos, los aleja más de los objetivos. Al estudiar hay una falta de concentración y, al no rendir en la medida de lo esperado, se dedican más horas al estudio. Esto desgasta mucho y va a ser contraproducente a la hora de concentrarse.
No decimos que desistas de tu intento de alargar la sesión, pero debes estudiar correctamente y dando cierto tiempo a la recuperación. En todo momento, lo ideal es darse un pequeño descanso regularmente, por ejemplo, cada media hora descansar 10 minutos. De esta forma te despejas y tu cerebro está preparado para volver a sumergirse en el estudio. En este sentido, puedes optar por el método Pomodoro, que tiene diferentes secuencias de concentración y descanso perfectamente estandarizadas.
Técnicas de estudio que te ayudarán a alcanzar tus metas
Además de las técnicas para la concentración, también hay algunas que se emplean para estudiar de una forma más eficiente y aprovechar el tiempo que se dedica a ello.
Estas son algunas de las que puedes probar:
- Leer la información en alto para escucharla y emplear este sentido en favor de la memorización.
- Elaborar esquemas o tarjetas para sinterizar los temarios.
- Redactar los apuntes a mano para fijar los conceptos.
- Hacer resúmenes con tus propias palabras para comprender mejor las lecciones.
- Realizar una tarea de cada vez y sin simultanear.
- Establece una rutina de estudio con horarios fijos.