Ser gemólogo es mucho más que ser un experto en joyas. Se trata de un profesional con una base científica sólida y habilidades técnicas complejas que lo convierten en una figura clave en determinados sectores. Desde el laboratorio hasta la joyería su trabajo garantiza la confianza, la transparencia y la calidad en el mundo de las piedras preciosas. A continuación, te explicamos qué se necesita para ser gemólogo y cuáles son sus principales funciones y/o salidas laborales. ¡Vamos a ello!
¿Qué hay que estudiar para ser gemólogo?
Convertirse en gemólogo requiere una combinación de formación especializada, así como habilidades técnicas y una gran capacidad de observación. A diferencia de otras profesiones científicas, no siempre es obligatorio tener un título universitario previo. Lo más habitual es adquirir formación específica a través de cursos de certificación de instituciones reconocidas, aunque también es posible acceder desde la vía universitaria. En el primero de los casos, nos encontramos con las titulaciones de centros de gran prestigio como el Instituto Gemológico Español (IGE) que cubren temas como la identificación de las gemas, la propiedades físicas y ópticas, los métodos de análisis, detección de tratamientos y sintéticos, y el uso de instrumentos gemológicos, entre otras. Otros ejemplos de instituciones reconocidas son:
- Gemological Institute of America (GIA)
- HRD Antwerp
- International Gemological Institute (IGI)
- Gemmological Association of Great Britain (Gem-A)
En el caso de optar por la formación universitaria, lo más directo es cursar el grado de Geología, Física o Química, y finalizar con un postgrado universitario de gemología. Además, independientemente de la formación, para ser un buen gemólogo se requieren ciertas habilidades técnicas y personales. Un buen gemólogo debe prestar atención a los detalles, tener paciencia y precisión, ética profesional y un buen juicio visual (para distinguir matices de color, brillo y corte).
Funciones y salidas de los gemólogos
El gemólogo es un profesional especializado en el estudio, identificación, evaluación y clasificación de gemas. Su campo abarca desde el mundo del lujo y la joyería, hasta sus funciones imprescindibles en múltiples sectores que van desde la minería hasta la alta tecnología.
Identificación de gemas
Una de las principales funciones de un gemólogo es identificar gemas, lo que significa determinar de qué tipo de piedra se trata (zafiro, diamante, esmeralda, etc.) y si es natural, sintética o tratada. Para ello, utiliza herramientas como el refractómetro, espectroscopio, microscopio gemológico y polariscopio. La identificación precisa es fundamental no solo para la venta y certificación de joyas, sino también para detectar fraudes.
Evaluación y clasificación de gemas
Otra función esencial es la evaluación de la calidad y el valor de una gema. Los gemólogos aplican criterios internacionales como los “4 C” en el caso de los diamantes: carat (peso), color, clarity (pureza) y cut (corte). En otras gemas se valoran también la rareza, el origen geológico y las características ópticas. Este proceso es crucial para establecer precios de mercado justos, tanto para compradores como para vendedores.
Certificación de gemas
Muchos gemólogos trabajan en laboratorios o instituciones de certificación (como GIA o IGI), donde emiten informes técnicos que garantizan la autenticidad y características de una piedra. Estos certificados tienen validez internacional y son esenciales en transacciones importantes, subastas, seguros y herencias. La imparcialidad del gemólogo es clave en este proceso.
Tasación de gemas en joyerías y casas de empeños
Otra de las funciones destacadas de los gemólogos es la tasación de gemas y joyas (generalmente joyas que incluyen diamantes u otras gemas) mediante la utilización de instrumentos homologados. De esta forma el gemólogo puede determinar el valor preciso de la pieza en cuestión, como lo hacen en CrediMonte, la casa de empeño de oro en Murcia del fondo de piedad de Fundación Bancaja, que además cuenta con muchos años de experiencia en el sector ofreciendo créditos rápidos y fáciles a los clientes mediante el empeño de joyas. El gemólogo, en estos casos, interactúa con metales preciosos como es el oro y con las gemas (piedras preciosas y semipreciosas) como parte del análisis global de la pieza. De esta forma realiza una tasación completa con pruebas como la del ácido, la del imán o la del espectrómetro portátil para verificar la pureza del metal y de la gema y poder ofrecer así el valor más preciso al cliente que empeña sus joyas.
Detección de tratamientos y sintéticos
En el mercado actual muchas piedras naturales son tratadas para mejorar su apariencia, y existen también versiones sintéticas creadas en laboratorio. El gemólogo está capacitado para detectar estos tratamientos o imitaciones, lo que requiere conocimientos avanzados de química, cristalografía y técnicas ópticas. Su trabajo protege al consumidor de posibles estafas o malentendidos.
Asesoramiento comercial y técnico
Ya sea en una joyería, casa de subastas o como consultor independiente, el gemólogo asesora a clientes y empresas sobre compras, ventas, inversiones o diseños de joyas. Puede también trabajar estrechamente con diseñadores, mineros, ingenieros y comerciantes. Su criterio técnico ayuda a tomar decisiones informadas en un mercado donde el valor de las gemas puede variar significativamente.
Investigación y enseñanza
Algunos gemólogos se dedican a la investigación científica en universidades, museos o laboratorios privados. Estudian nuevos materiales, mejoran métodos de análisis o contribuyen al desarrollo de nuevas tecnologías de identificación. Otros enseñan en instituciones especializadas y forman a las nuevas generaciones de profesionales del sector.
Trabajo en minería y exploración
En etapas tempranas del ciclo de vida de una gema, el gemólogo puede trabajar en exploraciones geológicas o minería artesanal e industrial. Su tarea es ayudar a identificar y clasificar los materiales extraídos, evaluando su viabilidad comercial o científica.