Educar con tres Cs: cómo es el modelo pedagógico de Mar Romera

Una de las pedagogas más importantes de nuestro país es Mar Romera. Es experta en educación y se ha especializado en las charlas para que otras personas, sobre todo personas del ámbito de la educación puedan aprender algo más sobre su modelo pedagógico. 

A lo largo de este artículo te vamos a hablar del modelo pedagógico basado en las tres Cs: Competencia, Creatividad y Coherencia. Con ese modelo se pueden conseguir muy buenos resultados. 

¿Cómo puedo solicitar una charla de Mar Romera?

Actualmente para disfrutar de una conferencia de Mar Romera solo hay que contratar sus servicios a través de MT Consulting. Esa empresa se encargará de hacer de intermediaria para que tú puedas acceder a la pedagoga y así contratar sus servicios.

Tienen un equipo de expertos que te ayudarán a cuadrar una cita con ella para que puedas disfrutar de sus conocimientos. Por supuesto, se recomienda solicitar sus servicios con antelación para que ella pueda coordinar su agenda y crear una charla adecuada a vuestras necesidades. 

Lo que está claro es que tras contratar sus servicios la información que vais a obtener será de muy buena calidad. Dicho esto, pasamos a hablar de las 3c para que puedas ver que realmente es una buena opción. 

Creatividad

La creatividad juega un papel fundamental en el enfoque educativo de Romera. Ella sostiene que los métodos tradicionales de enseñanza suelen limitar la capacidad creativa de los estudiantes, al basarse en enfoques rígidos y estandarizados. En lugar de eso, Romera propone un modelo educativo que impulse la imaginación y la innovación.

Para potenciar la creatividad, es esencial crear un entorno de aprendizaje que fomente la experimentación y la exploración. Esto implica ofrecer a los estudiantes oportunidades para involucrarse en actividades artísticas, proyectos interdisciplinarios y experiencias que cuestionen su pensamiento convencional. El rol del profesor es clave en este proceso, ya que debe ser un facilitador y guía, más que un simple transmisor de conocimientos.

Además, subraya la importancia de valorar y respetar las ideas originales de los estudiantes. Un entorno educativo que celebra la diversidad de pensamientos y enfoques anima a los estudiantes a asumir riesgos y explorar nuevas posibilidades. Este tipo de ambiente no solo fortalece la capacidad creativa de los estudiantes, sino que también los prepara para enfrentar desafíos futuros con una mentalidad abierta y flexible.

Competencia

La competencia se erige como un pilar crucial en el ámbito educativo. Este concepto no solo abarca la capacidad de los estudiantes para adquirir conocimientos teóricos, sino también su habilidad para aplicar esos conocimientos en contextos prácticos y reales. En este sentido, Romera propone una visión de la educación que va mucho más allá de la simple memorización de datos. Su enfoque está orientado a desarrollar competencias que capaciten a los estudiantes para enfrentar problemas y situaciones de la vida cotidiana con eficacia y autonomía.

El enfoque de Romera subraya la importancia de métodos de enseñanza que promuevan el aprendizaje basado en problemas, el pensamiento crítico y la capacidad de resolución de conflictos. Este enfoque se distancia de la tradición educativa que se centra predominantemente en exámenes y calificaciones, y en su lugar propone una evaluación más holística. Se sugiere que los docentes evalúen el progreso de los estudiantes a través de actividades como proyectos, trabajos en grupo y tareas que impliquen la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos.

De esta manera, se busca fomentar el desarrollo de habilidades transversales esenciales, como la comunicación efectiva, la capacidad de colaborar con otros y el pensamiento autónomo. Al involucrar a los estudiantes en experiencias de aprendizaje que requieren la aplicación práctica de lo aprendido, se facilita una educación más completa y preparatoria para enfrentar los desafíos del mundo real. Este enfoque integral no solo enriquece la formación académica, sino que también prepara a los estudiantes para convertirse en individuos competentes y adaptables en diversas situaciones de su vida.

Coherencia 

La coherencia representa el tercer pilar fundamental en el modelo educativo de Mar Romera. Este concepto se refiere a la necesidad de que los objetivos educativos estén alineados con las prácticas y metodologías que se aplican en el aula. La coherencia no solo asegura que la educación sea teóricamente robusta, sino que también resulte práctica y significativa para los estudiantes en su vida cotidiana.

Ella enfatiza que la coherencia debe ser evidente en todos los aspectos del entorno educativo. Esto abarca desde el diseño del currículo hasta las interacciones diarias entre docentes y estudiantes. La idea es que todos los elementos del proceso educativo, incluidos los métodos de enseñanza, las actividades y las evaluaciones, estén orientados hacia los mismos objetivos de aprendizaje. Esta alineación asegura que cada componente del entorno educativo refuerce y apoye los objetivos establecidos, creando una experiencia de aprendizaje más integrada y efectiva.

Además, la coherencia se extiende a la relación entre la escuela, la familia y la comunidad. Para que la educación sea verdaderamente efectiva, es esencial que todos los actores involucrados en el proceso educativo trabajen en conjunto. La colaboración entre estos grupos garantiza que se brinde un apoyo consistente y complementario al desarrollo integral de los estudiantes, facilitando un ambiente en el que puedan prosperar tanto académica como emocionalmente.

También subraya la importancia de un enfoque en el desarrollo personal y emocional de los estudiantes. Una educación efectiva no solo se centra en el logro académico, sino que también se preocupa por el bienestar general de los estudiantes. Aspectos como la autoestima, la empatía y la capacidad para gestionar las emociones juegan un papel crucial en el crecimiento de los estudiantes. Un entorno educativo coherente proporciona el apoyo necesario para que los estudiantes se desarrollen no solo como aprendices, sino también como individuos equilibrados, seguros de sí mismos y emocionalmente resilientes.

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